El estudio óptico más grande jamás realizado sobre las plumas de los colibrís indaga en las razones de la espectacular variedad cromática de estas coloridas y fascinantes aves.
Tucusito rubí – Chrysolampis mosquitus
Los colibríes son algunos de seres más coloridos y brillantes de todo el reino animal. Sus plumas son iridiscentes: la luz rebota en ellas como en una pompa de jabón dando como resultado miles tonos brillantes que cambian al mirarlas desde diferentes ángulos.
Mientras que otras aves como los patos pueden exhibir unas plumas brillantes y de gran belleza, en lo que a color y espectacularidad se refiere nada puede compararse a las pinnŭlas de los colibríes, algo para lo cual los científicos desconocían las razones. No obstante, un estudio publicado a comienzos de año en la revista Evolutionha explicado que si bien las plumas de los colibríes tienen la misma composición básica que las de otras aves, es gracias a la forma especial de sus estructuras y a los pigmentos contenidos en ellas que consiguen reflejar las inverosímiles gamas cromáticas que algunas especies exhiben.
LOS COLIBRÍES SE GUÍAN SIGUIENDO LA LUZ ULTRAVIOLETA
Una explicación al color de los colibrís
Dicen que por la noches es cuando los seres humanos nos hacemos las preguntas más trascendentales: el amor, la vida, la belleza, la soledad, son algunas de esas cuestiones que ocupan nuestros pensamientos. En la intimidad de su cama, la gran pregunta que mantenía despierto por las noches a Chad Eliason era: ¿por qué algunos grupos de pájaros son más coloridos que otros? Eliason, autor del artículo e investigador postdoctoral en el Field Museum de Chicago comenta que: «puedes mirar por la ventana y ver pájaros pardos y marrones: pero luego tienes esta gema brillante revoloteando en tu comedero para colibríes y piensas: ¿por qué los colibríes son tan coloridos? ¿es el medio ambiente? ¿es la selección sexual? ¿o se trata algo sobre los mecanismos internos, la física o la forma en que se producen los colores? «
Para responder a estas preguntas, Eliason y su equipo internacional de colegas llevaron a cabo el estudio óptico más grande jamás realizado sobre las plumas del colibrí. Fue de este modo que con microscopios electrónicos de transmisión examinaron las plumas de 35 especies de colibríes y las compararon con las plumas de otras aves de colores brillantes para buscar diferencias en su composición.
Detalle del plumaje de un colibrí garganta de rubí – Archilochus colubris.
Todas las plumas de las aves están hechas de queratina, el mismo material que nuestro cabello y uñas, y están estructuradas como árboles diminutos, con partes que se asemejan a un tronco, ramas y hojas. Las «hojas», llamadas bárbulas de las plumas, están formadas por células que contienen unos orgánulos productores de pigmento conocidos como melanosomas. Los humanos también tenemos melanosomas, de hecho estos son los responsables de producir la melanina; el pigmento que colorea nuestro cabello y piel. Sin embargo un pigmento no es la única manera de obtener un color. La forma y disposición de los melanosomas también puede influir, e influye de hecho, en la forma en que la luz rebota en ellos, produciendo colores brillantes.
Los colibries son la caña